Peso neto 250 g
El albaricoque, se recolecta cuando está totalmente maduro y dispone de su mayor cantidad de azúcares. A continuación, estos frutos se extienden en grandes bandejas de madera que se secan al sol o en hornos de aire caliente, hasta lograr el punto de secado necesario. Esta fruta tiene un sabor dulce, ligeramente ácido y es muy fácil de incorporar a cualquier receta. Porque, combina a la perfección con carnes rojas, ahumados, ensaladas, quesos y cítricos. El origen de los orejones de albaricoques es asiático, específicamente de China y llega por primera vez a Europa de la mano de Alejandro Magno; a partir de allí fue cautivando los paladares de los europeos especialmente los del sur. El albaricoque es de cosecha anual, siendo el mes de julio el inicio de la zafra. Su fruto es redondeado y en ocasiones ovalado, un poco más pequeño a una pelota de tenis.
Los albaricoques secos son una importante fuente de betacaroteno. Del que proporcionan, por ejemplo, un mayor contenido que la zanahoria. Como antioxidante, el betacaroteno trabaja para estimular el sistema inmunológico y se encarga de eliminar los radicales libres. De tal manera, que actúa en contra de las toxinas generadas por enfermedades como la gripe y otros diferentes tipos de infecciones. Los orejones han demostrado su buen funcionamiento en la prevención de deficiencias de este mineral, cuya falta puede conducir a la anemia. Con tan sólo 5 piezas de esta fruta seca, podemos proveernos de la cantidad recomendada como valor diario para nuestra dieta.
El orejón de albaricoque proporciona vitaminas A y C en tu dieta. Cada porción, contiene un 2 por ciento de la ingesta diaria recomendada de estos nutrientes.
La vitamina A del albaricoque, provee de todos los beneficios necesarios para mantener la salud de los ojos. De manera que evita la sequedad y la degeneración macular. Por otra parte, la vitamina C ayuda a nuestro cuerpo a producir colágeno, un compuesto que mantiene la elasticidad de la piel.
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